He regresado, montado en una noche de algodón, a la ciudad de dos letras desde una ciudad "biletral" as well. Regrese durmiendo entre plumas, francés, un auricular que amenizaba el difícil partir del autobús y una boca abierta que amenizaba las cabeceadas masticando chicle en mi oreja.
Dos veces desperté y, luego, otra más. Recordando regresos, regresos temporales más no cronológicos. Descubrí, este fin de semana que la lógica es sobrevalorada, que no sirve de nada sino para hacer un bello betún en un pastel hecho de nada.
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