Hoy, nieva, nieva, nieva.
Nieva nieve blanca.
Nieve blanca nieva.
Cubre las alcantarillas
y me da algo en que pensar.
Hoy, nieva, nieva, nevó.
Hoy, vi cinco huellas.
Cuatro eran de las ancianas
que se refugiaban bajo un paraguas
y la otra de un bastón.
¿Yo? Yo solamente dejaba dos.
Me sacudí la nieve de encima
y volví a pensar.
Pensé que no valía la pena pensar
y fue entonces que deje de hacerlo.
He pensado mucho tiempo.
Hoy, hoy nieva.
Nieva nieve blanca
y he dejado de pensar.
Nieva blanca nieve.
Y, yo, dejé de pensar.
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