sábado, 4 de noviembre de 2006

1 + 1 = 2 (o 4 - 2 = 2).

Anteayer me vi lentamente descendiendo. Descendiendo, luego ascendiendo. Luego, en el ascenso, sentí el descenso. En el descenso sentí el descendo. Descendí doblemente.

Hace tiempo ascendí. Aunque fueron tan sólo cuatro escalones pareciera cuatro pisos. O, quizá fueron cuatro pisos que parecieron cuatro escalones. Tal vez fueron cuatro cuadras que parecieron cuatro escalones con cuatro pisos cada uno. Es difícil enfocarse en la resaca. No, de hecho eso es fácil. Lo difícil es no enfocarse en la resaca y enfocarse en discernir cuanto fue lo que en realidad uno subió. Creo que entre enfocarse en esto último y en convertirse en foca la última resulta la tarea menos titánica.

No bajé (eso lo sé) nada más quisiera saber cuanto subí. Quisiera saber si fueron cuatro pisos humanos o cuatro escalones asqueles. Creo que fueron los escalones asqueles en cada uno de los pisos humanos. En el ascensor siete al cuatro. En el ascensor siete al cuarto. En el descensor siete y cuarto más cuatro. En el descensor siete menos dos, luego menos uno. Cuatro en el as(des)censor. Simple matemática:

4 - 2 = 2

2 = 1 + 1

1 x 2 = 2

Esto nos lleva, pues, a que dos es el equivalente a descender cuatro menos dos. Y a que dos siempre será el número primo sobre el cual los restos y las bases descansarán. En el que el olvido nunca existirá y la vida se revolverá. Revolución. Re-evolución. No devolución, eso se acabó al atardecer.

No hay comentarios.: