sábado, 4 de octubre de 2008

Muerte


La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.
Jorge Luis Borges


La muerte siempre merodea como zopilote sobre un caballo rengo a mitad del desierto en un mediodía de verano. Omnipresente, su presencia pasa desapercibida. Y no es que se disfrace o se esconda, es solamente que nos gusta admirarla a la distancia. Diariamente, vemos que su hoz, de una tajada, termina con los sueños por cumplir, con los sueños por soñar, con las sonrisas por venir, con las historias por contar. De esto, no nos damos cuenta hasta que la muerte llega a nuestros rumbos, toca nuestras puertas o las puertas de alguien con quien compartimos historias.

Es entonces, que nos da miedo, nos entristece y nos enfurece. Es entonces cuando preguntamos por qué, ¿por qué de esa manera? ¿por qué ahora? ¿por qué aquí? ¿por qué en un día de inundación tuvo que llover aún más? Tratamos de encontrar respuestas en los lugares equivocados: debajo de una camiseta en el fondo del tercer cajón del closet, en el fondo de una botella tratando de excavar en el subconsciente, en cuadernos con catorce años de historia, en la rutina de los días, en lo que antes sucedió, incluso, desafiamos toda ley y tratamos de indagar en el razonar de Dios.

Los recuerdos duelen al igual que las sonrisas pendientes y las truncadas pláticas venideras. Duele el cuerpo, duele el pensar, duele todo, todo duele. No queda nada más que hacer mas que amar y seguir en esta interminable procesión.

jueves, 25 de septiembre de 2008

I am, I can. 

martes, 23 de septiembre de 2008

Cantinera

A media tarde, en un fino desliz,
de azul pintas tus ojos, casi al salir.
Pues lo que importa es darles un matiz
que te haga fuerte para lo que va a venir.

Tu blusa imita tus ojos fuego;
tus pendientes, tus grandes ojos negros.
Mas tu magia funciona, cuando luego,
entre amor y desamor, vos sólo sós.

Tu sonrisa estelar, tus cinco asientos,
tu misma pregunta: ¿quiéres Modelo?,
tus canciones y tus encantamientos,
tu "comprame un trago", sí, era un lelo.

Trazas en tu libreta angosta,
tragos que, sin-sueños, tendrán que pagar.
Te veo y pretendo que, a cualquier costa,
finalmente haré mi voz resonar.

Y es entonces, que entre tragos y noche,
te pido pluma y papel derroche.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Disparidades pares.


Diariamente, me crece el pelo. Ahora, por primera vez en 20 años, me crecen las uñas sin temerle a mis dientes. También, plancho mis camisas y tomo duchas (algunas veces hasta dos al día). Lo único que no va bien son mis tenis. Estos últimos dos días, me he puesto uno de un par y otro del otro. Aunque, quizá el hecho de que los haya alternado me da justificación suficiente para decir que estamos a mano. 

lunes, 8 de septiembre de 2008

Writing in circles

I have been writing in circles. I've been doing so because I'm in a circle, I am circle.

I am inside of a circle that goes round and round. Sometimes, more than a circle it's a sphere that contains me and is rolling downhill. A sphere that tumbles me around; a spherical iron maiden.

I write in circles and fall in circles because I'm in a falling circle, I am a falling circle.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Deshaciéndome

Siempre, me deshago de partes de mí que no necesito. Me deshago de mis tenis cuando voy a tomar una ducha y me deshago de mis calcetines justo antes de dormir. 

Siempre, me deshago de partes de mí que no necesito. Me deshago del ayer al vivir el presente y me deshago del presente al vivir el futuro. 

Me deshago de todo menos de mis tatuajes. "Je ne regrette rien". Sí, de nada me arrepiento mas algunas veces me deshago de todo. 

Tomo duchas y duermo desnudo porque así es como debería de ser. Yo, sólo, desnudo, disidente, rebelde y con todo el amor del mundo para darselo a quien, también se desnude conmigo. Y no hablo solamente de quitarse los tenis antes de tomar una ducha o de quitarse los calcetines antes de dormir. Hablo de esa persona que se desharía del pasado y del presente para vivir un futuro conmigo, aunque el futuro sólo durara una noche. 

miércoles, 27 de agosto de 2008

De como sobrevivir a las sirenas

En veces, bien me lo dijo el viejo, el verso reverso no es más que un pedazo de verdad anverso. “Ándate con cuidado”, me dijo el viejo al acariciar y revolver mi pelo. Yo, como el estúpido que era, no le puse atención; y como el estúpido que soy, aún, no le hago caso.

Él me platicaba historias de las sirenas de sonrisas omnipresentes, de canto etílico y de apetito caníbal. Un par de veces me dijo como era que se había logrado librar de ellas. Siempre era de la misma manera: cuando las sirenas le sonreían, se sacaba los ojos para no verlas más; cuando éstas le cantaban, cerraba la boca para no oír su canto y cuando tenían hambre, les daba un pedazo de su corazón para que se entretuvieran ruñiéndolo.

Si de lo que el viejo hablaba fuera verdad; si en realidad hubiera dado un pedazo de su corazón a cada una de las sirenas que él enumeró, el viejo no tendría corazón. Una vez le vi tratando de cortar un pedazo de pollo con cuchillo y tenedor. Sin embargo, esa enfermedad neurológica indiagnosticable que le aquejaba desde sus veintes hacía de esa tarea tan simple un calvario que ni Dios mismo hubiera podido soportar. Al final, dándose por vencido, optaba en desgarrar el pollo con sus uñas en finísimas tiras como para que su estómago no le causara indigestión. A juzgar por la talla de las tiras de pollo y del tamaño de su puño, su corazópn no le habría dado para entretener a más de cincuenta sirenas. Mas, el juraba, que había escapado de ellas más de una centena de veces.

-Mira -me dijo- lo más simple es solamente abrirte el pecho; dejar que las sirenas vean tu corazón y, cuando estén casi seguras de que será de ellas, áselo entre uña y uña, cerrar los ojos, morderte las mejillas y arrancar un trozo pequeño. No tiene que ser muy grande, cualquier cosa les entretiene. De lo único que te tienes que asegurar es de que cuando les ofrezcas un poco de tu corazón, no se lo des en las manos, sino déjalo a un metro de distancia de ellas. De esta manera, se tendrán que ir a buscarlo y cuando te aparten la vista, tiéndete en el suelo y espera a que se vayan.

Según me decía, el corazón era la parte más deliciosa del cuerpo pues bien se sabe que sin él no se puede vivir. De acuerdo a él, cuando las sirenas finalmente podían comer tu corazón (aunque fuera tan sólo un poco) les causaba un éxtasis tal que les hacía olvidar el par de horas anteriores. Así que, las sirenas, al volver de su delirio, al mirarte te daban por muerto y siendo que a lo que ellas más les interesaba era el corazón y con su sabor aún entre los dientes, regresaban al mar a buscar más marineros.

Lo curioso es que el viejo, debido a su enfermedad neurológica, nunca había abandonado la ciudad y nunca había ido al mar.

domingo, 24 de agosto de 2008

Ave fénix

Me acerqué al fuego y ardí.
Sólo cenizas quedaron de mí.

Un viento norteño de verano me ha hecho volar leve y lentamente. Ya no caigo, sólo flóto.

viernes, 22 de agosto de 2008

Otra vez

Nuevamente escribo con los dedos y la mente entumida y es, precisamente, por eso que ya no escribo más.

domingo, 3 de agosto de 2008

Cero cobardes

Todos valientes.