Es difícil...sí, sí que lo es. Recordarme recordándote en el tugurio formado por la habitación y mi soledad en una noche de invierno con diez latas alrededor de una idea centrifugada. Recordarme en la fotografía muda que grita lamentos de estambre. En aquella fotografía donde todos eramos más felices, jóvenes y tontos. En aquella fotografía que suena a lamentos e hilamientos de una noche desbordada (de una noche descocida) y llena de aislamientos.
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