sábado, 25 de octubre de 2008

Roble

Ya cayeron hojas secas, 

el frío del invierno va a venir. 

Fue el otoño el último calor de abril,

Y el árbol duerme y muere sin resitir, sin morir

Sólo soñar con la lluvia lo lleva a revivir.

 

Ya no quedan hojas secas,

el viento las llevo lejos de mí.

Veo al roble sólo descansar del fin.

 

Y el árbol duerme y muere sin resitir, sin morir.

Roble sin fin, vós sabés lo que es morir 

descansa y duerme hasta que el bosque azul

de los robles sagrados despierten de su sueño, y salga el sol.

 

miércoles, 22 de octubre de 2008

El mismo

I might seem strange to you when I am just a ghost in a dreamland. My words may not sound the same when they are coming from my fingers instead of my mouth. I reach and try to hold, a memory that doesn't want to die and doesn't want to be grasped. 

Today, at night, I'll  play drums and I'll just be. Later on, you'll come home and we will be. In conclusion, here and there, I'll always be the same. 

domingo, 5 de octubre de 2008

Stopping

I have stopped. I, finally, stopped and looked back and saw what I was becoming so I decided to stop. I stopped, staying up late, hitting the drums while intoxicated, waking up feeling numbed, text messaging late at night, calling at the least adequate moment, emailing when feeling lonely, writing while feeling shattered inside, listening to music to appease my sadness, getting sad remembering what I was and what I could have been, trying to find happiness outside of me, scattering pieces of me here and there for everybody to take and do as they pleased, crying in a rainy day, crying in a sunny day, smiling because I felt obliged to do it.

I finally stopped and I am at peace with me and with people around me; it feels like eating a cloud made of sugar.

sábado, 4 de octubre de 2008

Muerte


La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.
Jorge Luis Borges


La muerte siempre merodea como zopilote sobre un caballo rengo a mitad del desierto en un mediodía de verano. Omnipresente, su presencia pasa desapercibida. Y no es que se disfrace o se esconda, es solamente que nos gusta admirarla a la distancia. Diariamente, vemos que su hoz, de una tajada, termina con los sueños por cumplir, con los sueños por soñar, con las sonrisas por venir, con las historias por contar. De esto, no nos damos cuenta hasta que la muerte llega a nuestros rumbos, toca nuestras puertas o las puertas de alguien con quien compartimos historias.

Es entonces, que nos da miedo, nos entristece y nos enfurece. Es entonces cuando preguntamos por qué, ¿por qué de esa manera? ¿por qué ahora? ¿por qué aquí? ¿por qué en un día de inundación tuvo que llover aún más? Tratamos de encontrar respuestas en los lugares equivocados: debajo de una camiseta en el fondo del tercer cajón del closet, en el fondo de una botella tratando de excavar en el subconsciente, en cuadernos con catorce años de historia, en la rutina de los días, en lo que antes sucedió, incluso, desafiamos toda ley y tratamos de indagar en el razonar de Dios.

Los recuerdos duelen al igual que las sonrisas pendientes y las truncadas pláticas venideras. Duele el cuerpo, duele el pensar, duele todo, todo duele. No queda nada más que hacer mas que amar y seguir en esta interminable procesión.