La vida que no veré la encuentro entre terrones de nostalgia y cubos del ayer. Ayer, te veía chica audaz, entre mis manos te sostuve y la mayor preocupación era tu cagar. Ahora, eres una madre, más hecha que derecha pero una madre al fin y al cabo. Ahora eres una madre de las que nunca se acaban, de las interminables, de las incaudicables. Una madre de esas que te dicen ¨Te amo¨ sin reservas, ni reclamos, ni decepciones.
Hoy, mi chica E, eres una madre del equipo; y aunque no eres una de las cinco madres que tuve, me habría encantado que fueras una de ella.
Ahora, Camila te va a disfrutar y yo, prima querida, disfrutaré el verla crecer a distancia y respetaré tu matriarcado. Chica linda, si alguna vez, en algún momento, piensas que ya no hay escapatoria sólo piensa en tu primo querido, llámale y verás que (observese el cliché que me voy a echar) dos cabezas piensan más que una y que el amor nunca termina. Así como tu padre me dio su amor incondicional, así te lo ofrezco a ti.
Besos a tu hermoso retoño y a ti.
